Los Santos, los Pitos, el peón y Hay luz

Perdona Miro que use nuestra conversación para escribir esta entrada al blog , pero hoy me has hecho sonreir pensando en cuando de chavales jugabamos todos en el barrio y cada temporada ibamos rotando el juego de nuestras preferencias. Pasabamos de andar buscando por el suelo aquellas cajas de cerillas para confencionar los santos............las cajas pequeñas valian "uno" las siguientes "dos" y las grandotas "cinco" y juntabamos verdaderas montoneras de ellos en nuestros bolsillos , con nuestras piedras planas de la fabrica de terrazo pasabamos las horas. Luego empezaba la temporada de los pitos (las canicas) aquí , los que se llevaban la palma eran los rodamientos de acero que el padre de alguno le daba al hijo para que nos machacara jugando en los hoyos. El peón nunca me gustó, no tube nunca demasiada pericia con el aparatejo ese, y si conseguia bailarlo (a vainilla , que es como el nadar a braza ) nunca fuí capaz, al cogerlo, de mantenerlo demasiado tiempo en la mano y aquello de que habia que jugar a rachar el peón del contrario, tampoco me hacía demasiada gracia. Jugar a hay-luz era lo máximo, pena que alguien nos filtrara que algún reputado médico había desaconsejado su practica por que podía ser muy malo para la columna.
Los tiempos han cambiado, hemos crecido, los juguetes son mas caros, pero ahora nos toca a todos jugar a la senda de los Madroños , como antes jugamos a la del Demonio y  a la puta-parió , etc, etc
En el fondo esos niños los tenemos metidos ahí dentro, si quitaramos las capas de esta cebolla tan grandota en la que nos hemos convertido, en el centro seguiría el niño.