Cada año que ha ido pasando hemos ido limando , aumentando y puliéndola hasta que al ffinal hemos creado, entre todos, algo mas que una ruta perfecta de bici...es la sublimación del BTT , algo que legar a nuestros hijos y nietos...me atrevo a decir que la ruta mas bella que se puede realizar en el entorno del Bierzo.
Una ruta para disfrutar en pequeñas compañías sin prisas, sin agobios y con la cámara de fotos en ristre pues cada rincón sorprende la mirada del neófito.
Una intuición de última hora me hizo marcar un teléfono esta semana y cual fue mi sorpresa vi que Maismar, el compañero pirata, tenia la posibilidad de acercarse a compartir con nosotros esta aventura .
Maravilloso!!.. teníamos traductor para comunicarnos con los aborígenes de la zona que, aunque leoneses , en esta zona de transición gustan del lenguaje de Rosalia de Castro .
De todos es sabido, que los lugareños , son unos seres que pone el Diablo en las rutas de bici para dar pistas falsas a los ciclistas que se atreven a pasar a su lado y negarnos maravillosas trialeras y a su vez indicarnos falsos accesos a los sitios que ellos deben querer preservar.
Ayer lo intentaron en un par de ocasiones....pero nosotros teníamos un track!!!
En esta época del otoño , cuando los castaños tiñen los suelos de erizos y sus hojas caídas semejan un manto de oro, la primera parte de la ruta desde Vega de Valcarce hasta Villasinde y Moldes es preciosa por una dura subida que remata con un rápido descenso que lleva directo a la Herrería de Serviz.
Recortamos y no hicimos el recorrido entre la Herrería y el Hayedo de Busmayor , por culpa de una avería que nos retrasó en exceso.
Es una parte que tenemos harto conocida y preferimos renunciar a ella en esta ocasión para que no se nos dilatara en exceso el tiempo y poder disfrutar con mas calma del hayedo.
Al trazado que habíamos incorporado el año pasado por el interior del Hayedo lo completamos con el resto de la senda del Faxeiral que ya tomamos desde su punto mas alto y nos permitió disfrutarla en su totalidad .
El hecho de que el lugar en Busmayor donde habíamos comido en ediciones anteriores no ofrezca comidas en este momento nos condicionó un poco e hizo que no nos recreáramos tanto en el mágico entorno pues habíamos dado palabra en Herrerías de estar antes de las cuatro de la tarde.
Un último regalo para la vista , de agradecer especialmente a Jesva . El molino de San Julian, vino a completar el dia perfecto y darle ese último toque que le faltaba a la ruta antes de juntarnos para comer.
Eso si... después de un último repechón , característica esta que se está poniendo de moda en las ultimas rutas que hacemos.
Nos trataron muy bien en el restaurante El Capricho de Josana..solo nos faltó un "vivan los novios" y salir todos abrazados de lo bien que nos había salido el día.
Siiiiii......Roberto...también estaba comiendo!!
